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domingo, 24 de octubre de 2010

artículo 27 Emmanuel Pérez de Lara

Artículo 27. La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada. (Reformado mediante decreto publicado en el diario oficial de la federación el 10 de enero de 1934)
La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés publico, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza publica, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana. (Reformado mediante decreto publicado en el diario oficial de la federación el 06 de enero de 1992)
Tomando como base la comparación entre lo mencionado anteriormente y los comentarios realizados en clase; podemos mencionar que el artículo 27 de nuestra constitución no es respetado ni seguido en lo más mínimo, ya que de acuerdo a las cifras y comentarios revisados en clase con respecto a diversos temas; como el desarrollo agrícola y la soberanía alimentaria (por mencionar solo algunos); vemos que nuestro país no ha elaborado las políticas necesarias para un desarrollo apto del agro mexicano; ya que no se satisface ni siquiera la demanda interna de alimentos y por lo tanto no puede presumir tener una soberanía alimentaria, ya que tiene que importar alimentos bajo pretexto de que es más barato importar que producir (sin saber qué la satisfacción de la demanda interna de alimentos va más allá de un simple problema económico-monetario) y además no se tiene un plan de desarrollo a mediano y largo plazo que permita que el campo mexicano se adapte a las condiciones tan adversas en cuestiones climáticas.
Nuestro país no puede presumir el hecho de aprovechar los elementos naturales, ya que no cuenta con ningún tipo de captación de agua (2° insumo más importante para la práctica de la agricultura después de la tierra) que le permita aprovechar las precipitaciones pluviales y emplearlas para la agricultura, por el contrario, deja que esas aguas se vayan a los océanos, desperdiciándolas prácticamente.
Por ende, no puede mucho menos presumir el estar cuidando y la conservación de los elementos naturales con los que cuenta, ya que el campo mexicano se encuentra olvidado, y sumamente descuidado (con un grado de desertificación altísimo), con rendimientos absurdos y con productores que en lugar de ser apoyados por el Estado, son menos preciados, que pareciera que en lugar de que el Estado quisiera que produjeran, quisieran que abandonaran el campo.
Esto nos lleva a formularnos la siguiente pregunta: ¿Esta el campo mexicano esbozando sus últimos alientos? ¿Qué necesita el campo mexicano para revivir y garantizar la sustentabilidad de la nación?